Sabiendo que se venía un día de varias horas sentada en un tren y en el medio una combinación, cosa que nunca había hecho hasta ahora, decidí empezar el día con calma. Mi valija nueva es un primor pero tengo tantas cosas que tuve que sentarme encima para poder cerrarla, la mochila ya explota y tuve que agregar una bolsa con aquellas cosas que no entraban en ningún lado. Ya lo tengo decidido: en París me compro una mini valija y listo…. No puedo irme allá sin poder comprar nada!! Me muero!!
Dormí horrible, primero porque estaba exaltada a la noche con el tema de las búlgaras y el acomodar las cosas de la valija… también soñé mucho con los trenes de hoy, casi presagiando lo que iba a suceder. Como el aire acondicionado me seca la garganta (más vieja más mañosa) dormí con la ventana abierta asi que se ve que entraron mosquitos y no sé cómo, encontraron lugar virgen donde dejar un nuevo grano.
El desayuno y la despedida de Milán fueron geniales. El clima acompañaba porque no hacía tanto calor como otras veces. El problema empezó cuando subí al tren y no entendí cómo o porqué, iba a frenar en tal lugar y después en tal otro, íbamos a tener que cambiar de tren quién sabe por qué. Le tuve que preguntar al “chancho” cuando pasó a chequear los tickets para ver si había entendido bien.
Si, si… en “Chiasso”, después de pasar por el hermoso Como y su lago, cambiamos de tren. No sé porqué a los dos minutos de subir y siendo que estaba casi todo el tren vacío, una chica de unos 20 años decidió a sentarse frente a mí… ¿hay necesidad?! Ya me vino la mente argenta y mal pensada (herencia de Pater, herencia de abuela) y yo ya tenía la película en la cabeza: era una chica drogada que está complotada con el hippie con netbook que está sentado en el otro lado, y ni bien me pare me roban!.
Cuando me avivé que si me robaban no tenían escapatoria porque el tren estaba andando y ya les habían controlado los tickets (qué ladrones se pagan 43 euros en un tren rápido para robar?) y cuando me di cuenta que el cerebro me estaba carburando mucho me fui a comprar un sandwich. Por supuesto cuando volví fue inevitable chequear la cartera, valija y mochila. (Lo que se hereda no se roba… lástima!!).
Disfruté el bello paisaje del recorrido por Suiza… cerca de Lugano y por todos esos lugares con nombres alemánicos, todo era hermoso. Casitas de cuento en el medio de la montaña. Montañas empapeladas de verdes de todo tipo… faltaban Heidi o la vaca de Milka (porque a lo lejos a veces se veían picos muy altos de montañas nevadas). Filmé un poco y saqué algunas fotos y me dormí.
Me despertó la tremenda novedad: el tren con todas esas frenadas y no sé qué más, se había atrasado 25 minutos lo cual hacía que yo perdiera mi conexión con el tren de Zürich a Freiburg.
Me acordé de ese primer viaje en subte sola en Londres, después de mi primer día recién llegada después de un recorrido vertiginoso con mi prima que ya estaba hacía una semana… me acordé de ese miedo a estar sola en el mundo, en un lugar desconocido, con otra lengua… esa parálisis mental de no saber qué hacer. El temor a lo desconocido y el saber que hay que afrontar con calma el cambio. Me acordé de mi tía que siempre dice (como decía mi abuela) que “todo lo más lindo”, que siempre hay que ser positiva… y lo intenté.
¿ Y ahora qué hago? Pensé tratando que apareciera el chapulín colorado o Mr. Músculo para ofrecerme ayuda. “Sí, perdiste tu tren y ya hoy no salen más directos a Freiburg, tenes que irte hasta Basel” dijo la “chancho” como si no fuese nada.
Momento feo.
Pero al mal tiempo buena cara asi que decidí llevarme un souvenir de esa ciudad (Zürich) que me había albergado en algunos “mientras tanto”. En el 2001 estuve en su aeropuerto mientras cambiaba de avión de swissair con destino a Londres y ahora, conocía su enorme estación de trenes. (¿Será que alguna vez deberé conocer la ciudad de Zürich en sí y no sus terminales de transporte?)
Subí en Zürich y bajé en Basel. Subí en Basel y bajé en Freiburg. Al fin!! Alemania! Al fin, hermanita me esperaba.
Después del día agotador de tren y tren, necesitaba esos ricos mates que tomé hablando “argentino”, esos que tanto extrañaba, además de la familiar compañía.
LLEGUÉ A ALEMANIA!
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MILÁN- antes de partir, cuando disrutaba mi "frutillo" o algo así |
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PRIMER VIAJE EN TREN: de Milano a Zürich... pasamos (y frenó) en Como |
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LAGO DE COMO |
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CRUZANDO SUIZA |
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QUÉ CONTENTA AL VER ESE CARTEL DESDE EL TREN!! Y ESO QUE ESTABA ATRASADO SÓLO 12 MIN!! |
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quizás el norte de Italia, quizás algún lugar de Suiza... |
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ZÜRICH- en la terminal esperando el nuevo tren que me llevara a Basel para poder después ir a Freiburg. (No confundir cara de culo con cansancio de 20 días de no parar) |
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o Suiza o Alemania desde el tren |
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