miércoles, 5 de octubre de 2011

TENÍA RAZÓN JOSÉ (Saramago)

ya en casa, un poco más de una semana después de haber estado en el viejo continente releo la frase que inicia el blog y la reconfirmo.
No leí nada de Saramago, sólo hace un tiempo chusmeando una revista, me encontré con un montón de frases brillantes de él, todas reunidas si no me equivoco por su viuda, con intención de hacer un nuevo libro. Después, antes de comenzar el blog, unos cuantos días antes de empezar mi viaje, me topé con esa frase, esa reflexión que me resultó tan interesante... y ahora puedo decir: tan real!

Es verdad, mi viaje ya terminó de alguna manera porque estoy en casa, con Maiti, en mi depto, con mi quilombo. Me reencontré con mis viejos, mis amigas y hasta volví al trabajo. De todas formas, vuelvo a viajar cada día que edito los miles de videos que tengo, o cuando cuento la anécdota de cada foto que muestro o alguna pilcha que visto.
Vuelvo a sentir el calor de Roma cuando cuento las largas caminatas en busca de más y más ruinas. Otra vez me indigno pero a su vez me conmuevo cuando hablo del Vaticano. Siento ese olor a pescado en algunas orillas de Venecia pero desmiento el olor a cloaca que tantos dicen que dicen. Hasta me vuelvo a perder en sus calles sin agua y me fastidio pero después me emociono al encontrarme siempre con una nueva vista digna de una postal, una pintura.
Si hablo del David o menciono a Rodin, vuelvo a enamorarme de las esculturas y sus autores... amor que creo ya quedó en mí por siempre.
"Si, si, me quedo con Florencia... con San Gimignano" digo una y otra vez cuando me preguntan y me veo como protagonista de esa película entre tanto arte y paisaje Toscano. 
Me siento a observar uan vez más la gente que pasa desfilando por las calles del centro de Milán y me llaman más la atención que el Duomo o la Galería con techo de vidrio. En mi retina, en mi cerebro, quedan aún más fotos,más imágenes que todas esas que saqué.
Y me confundo y me siento en Austria mientras viajo en tren, cansada, entre dormida... no dejo de contemplar el paisaje alpino con lagos, montañas verdes, casas pintorescas que no sé si son italianas, suizas o alemanas. Vuelvo a estar sentada angustiada por ese tren perdido pero maravillada por lo que se ve por la ventana.
Me abrazo con hermana. La extraño, después quiero que me deje sola, después quiero que vuelva... igual que Christian. 
Subo cansada las escaleras del arco del triunfo y veo la torre Eiffel y me emociona mucho más que luego subirla.

Tenes razón José, el viaje no termina jamás... porque así como ahora vuelvo a Italia, Alemania y París... si quiero vuelvo a Londres, a Edimburgo (así como si quiero vuelvo también a los años '90 en San Bernardo, o hace menos a Porto Seguro o a algún festival de cine en Mar del Plata o a los carnavales de Montevideo).
Y aunque yo alguna vez me "termine", sé que subsistirán algunas anécdotas, algunas imágenes... y ojalá, estos escritos. este diario de viaje que ha entretenido, aburrido o lo que sea a más de uno que sintió viajó conmigo, o volvió a hacer ese viaje de ellos que se reitera una y otra vez.
Y si se trata de planear otro viaje, ya sea al infinito y más allá, o a otro mundo, o a donde yo elija: yo me quedo tranquila que tiré las moneditas que debía en cuanta fuente se me cruzó, prendí todas las velas que pude a cuanto San Antonio encontrara en honor a mi abuela y otro poco por mí... 
Mientras junto la plata para el nuevo destino que toque (ojalá sea el que yo tanto deseo: sur de Italia y mi querida Grecia) sigo y sigo disfrutando, volviendo a viajar a Roma, Florencia, Venecia, Milán, Freiburg y París, mientras me tomo unos ricos mates y acaricio a mi bebé de 4 patas.

 querido blog!! no te borres!!